Bueno, abro este blog para llevar una especie de registro o bitácora de mi recuperación. Por mí, para registrar los avances (e incluso retrocesos, que también hay que tenerlos en cuenta) y por otras personas, porque tal vez a ellos también les sirva.
Estoy pasando por un periodo de depresión muy fuerte, muchas cosas se me han juntado y de verdad toqué fondo esta vez. Pero hoy me decidí a salir adelante. Sé que puedo, tengo todo lo necesario y aunque sé que el proceso puede ser largo, voy a cambiar.
Para empezar, hoy retomé un problema que vengo arrastrando hace un tiempo. Una de tantas relaciones que terminaron mal. Esta, en particular, ha sido de las que más me han dolido. Él me fue infiel con una persona que yo siempre consideré mi amiga y hasta ahora no he podido cerrar adecuadamente eses ciclo.
De vez en cuando sueño con él, me pregunto si estará bien, qué será de su vida. Imagino que regresa y me pide volver con él... Hoy estuve reflexionando acerca de esto y me parece que tal vez la razón por la que quiero volverlo a ver es porque nunca le dije lo que sentía de verdad.
Cuando él me confirmó lo que ella me había dicho, que estuvo en secreto con ella a mis espaldas y que al final la prefirió a ella que a mí, se me vino el mundo abajo. Tantos planes, tantos recuerdos. Yo tenía una ligera sospecha, pero decidí confiar en ellos, incluso me sentía culpable cuando a veces notaba que estaba algo celosa. Y cuando supe la verdad me sentí traicionada, devastada, humillada.
A él no le importó lo que yo sentía, quería que siguiera siendo amiga de ella a pesar de todo. Seguir siendo amiga de alguien que te faltó al respeto y traicionó tu confianza, incluso tuvo poco respeto hacia sí misma al aceptar ser "la otra" durante tanto tiempo. Y no sé por qué acepté. Y aún hoy sigo intentando ser amiga suya, no me pregunten por qué, es algo que también necesito descubrir.
Y ver que ellos siguen juntos, sin ningún remordimiento de conciencia, que él me diga que sólo le causo problemas, que me demuestre que nunca fui nada para él. Y seguir ahí, a pesar de todo, eso me hace daño. Me estoy haciendo daño y permitiendo que otros lo hagan también. Y yo ya no quiero eso.
Entonces. Hay que buscar un modo de sacar todo eso que se quedó dentro. Porque no sólo me quedé callada. No grité, no lloré, no dije una sola palabra delante de él. No me permití sentir enojo. Me culpé a mí misma por todo lo que pasó. Tiendo a hacer eso. Entrego todo tratando de complacer a los demás y al final no lo valoran, se van, me dejan de lado y termino pensando que no di suficiente, que no estuve a la altura.
Hoy reconozco que me enoja el haberme sentido humillada de esa forma, me enoja la traición que todavía siento. Y voy a encontrar una manera de liberarme de toda esa energía negativa.
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